sábado, 20 de febrero de 2010

El caminante y el lago


Un caminante humilde, sea el Todopoderoso siempre alabado, se perdió en la niebla. Al caer la noche, nada podía distinguir, y decidió detenerse y dormir. Su noche fue larga, porque estaba cansado, y no se despertó más que cuando el sol ya estaba alto. Oyó un ruido, en el cielo, y, al mirar, vio un gran pájaro blanco resplandeciente.

Su graznido era suave, pero penetrante. Se alejó volando hacia el sur, y, al seguirlo con la mirada, el caminante vio una ciudad maravillosa y un lago perfecto. No había una brizna de viento, el aire estaba tan quieto que el silencio sólo estaba roto por el pájaro. La ciudad tenía minaretes, torres, palacios y jardines colgantes. Al reflejarse en el agua, se veía todo duplicado, con claridad y perfección. No se distinguía ninguna diferencia entre la ciudad y su reflejo

En ese momento, al caminante se le ocurrió que él no podía llegar a la verdadera ciudad, sino sólo a su reflejo. Estaba tan al revés que la realidad maravillosa se le escapaba. Por eso, en lugar de tomar el camino, se adentró en el lago.

Cuando, finalmente, se iba a ahogar antes de llegar a la ciudad, otro pajarillo se le posó en la cabeza. Su canto agudo y alegre le distrajo de su vana ilusión. Miró hacia abajo, viendo su reflejo y el del pajarillo. Metió la cabeza en el agua, y dejó de oír el canto.

Sacó de nuevo la cabeza, suspiró y dijo: gracias, pequeño, porque me había engañado a mí mismo, y tu voz me ha rescatado. Salió del agua, y, aunque le seguía pareciendo la ciudad reflejada de mayor calidad, se encaminó a la real, cantando, y con el pajarillo revoloteando a su alrededor, porque le iba dando migas de pan.

Y Aquél que a todos ama iba con él, delante y detrás, y, sobre todo, al lado.

Libros desde Manolo

A estas alturas, he leído demasiados libros. Muchos amigos míos lo creen, pero yo no puedo parar. Además, los libros generan palabras, mas o menos acertadas. Aquí dejaré textos propios y reseñas de los libros y textos que haya leído. Para quien pueda querer aprovecharlo.