Un hallazgo: en un libro sobre otra cosa he encontrado la cita de los ABD (All But Dissertation), referida a los doctorandos que hacen cualquier cosa menos su tesis, que sería importante para poder continuar con su vida cuando ellos quisieran. Me he reído, claro, como todos los que hemos hecho la tesis.
La traducción de ABD sería TET: Todo Excepto (la) Tesis. He pensado en otros, pero rápidamente he pensado en mi. La tesis no, claro (¡menos mal!), pero ahora soy una TEA (Todo Excepto Artículos), y mira que me da rabia. Durante meses he sido TEE (Todo Excepto Ejercicio).
¿Y tú? Si tienes suerte no eres así. Para la mayoría:
Rellena el subrayado TE__
Repite ese nombre cinco veces, igual te animas a cambiar algo.
miércoles, 31 de agosto de 2011
domingo, 28 de agosto de 2011
Confundir entre invertir y gastar
El gobierno actual (2008-2011) quiere cuadrar el círculo de ahorrar y mantener un gasto público son escaso control, y lo ha hecho a costa de las inversiones. Es de cajón: si se mantiene el gasto y hay que reducir las salidas de dinero, sólo puede ser a costa de las inversiones. Han caído espectacularmente las inversiones en equipamiento, en I+D+i y en defensa. Han caído -menos, de momento- las inversiones en educación y salud.
Esta estrategia es discutible, y peligrosa. Por poner un ejemplo, en los años 80 se redujo a cero la inversión en conservación de firmes, y eso a la larga ha costado dinero, ya que ocurre como en el coche: si no pones aceite tendrás que comprar un motor completo. Pero eso no es lo peor.
En esta segunda quincena de agosto se multiplican los artículos y las declaraciones de mentes preclaras que, con o sin intención, confunden claramente inversión con gasto. Como dice José Borrell (Público, 28-08-11) "... es importante la naturaleza de gastos e ingresos, que se suele obviar alegremente. El déficit que toma en consideración la contabilidad pública es el que resulta entre gastos e ingresos no financieros, y entre estos hay que distinguir entre gastos corrientes (como sueldos y gastos de funcionamiento, intereses y subvenciones) e inversiones."
El gasto es algo que tiene alguna ventaja hoy, pero no perdura. Borrell: "beneficia a sus receptores de hoy y, por eso, se debe financiar con ingresos de hoy". No se entiende que buena parte de la izquierda diga que limitar el déficit es neoliberal y que, en realidad (aunque ellos lo omiten), prefieren que el gasto de hoy lo paguen nuestros hijos y nietos. La inversión tiene beneficios futuros (seguimos circulando por carreteras construidas a lo largo de los últimos 300 años, usamos los parques, los abastecimientos de agua, las escuelas....).
La inversión sí justifica un endeudamiento, para poder racionalizar los plazos de planificación y construcción.
Una sociedad moderna debe estar informada de los planes (hace falta planificación, para poder tomar decisiones y explicarlas, o siquiera preguntar), y no puede gastar lo que no tiene. Si mucha gente chupa del bote y nadie repone, el bote se acaba.
El déficit para el gasto es malo, para inversión debe permitirse.
Conclusión: poténciense las oficinas de planificación, para racionalizar la inversión. Contémplese que es malo invertir CERO, y distribúyase el gasto. Seamos conscientes de que los que dicen que se puede ahorrar mucho y no recortar nada no saben donde viven (son bobernantes, o tontertulios) o peor, saben que lo que dicen es falso. Y preparémonos con calma para recortar gastos, y subir impuestos, hasta llegar al equilibrio.
Esta estrategia es discutible, y peligrosa. Por poner un ejemplo, en los años 80 se redujo a cero la inversión en conservación de firmes, y eso a la larga ha costado dinero, ya que ocurre como en el coche: si no pones aceite tendrás que comprar un motor completo. Pero eso no es lo peor.
En esta segunda quincena de agosto se multiplican los artículos y las declaraciones de mentes preclaras que, con o sin intención, confunden claramente inversión con gasto. Como dice José Borrell (Público, 28-08-11) "... es importante la naturaleza de gastos e ingresos, que se suele obviar alegremente. El déficit que toma en consideración la contabilidad pública es el que resulta entre gastos e ingresos no financieros, y entre estos hay que distinguir entre gastos corrientes (como sueldos y gastos de funcionamiento, intereses y subvenciones) e inversiones."
El gasto es algo que tiene alguna ventaja hoy, pero no perdura. Borrell: "beneficia a sus receptores de hoy y, por eso, se debe financiar con ingresos de hoy". No se entiende que buena parte de la izquierda diga que limitar el déficit es neoliberal y que, en realidad (aunque ellos lo omiten), prefieren que el gasto de hoy lo paguen nuestros hijos y nietos. La inversión tiene beneficios futuros (seguimos circulando por carreteras construidas a lo largo de los últimos 300 años, usamos los parques, los abastecimientos de agua, las escuelas....).
La inversión sí justifica un endeudamiento, para poder racionalizar los plazos de planificación y construcción.
Una sociedad moderna debe estar informada de los planes (hace falta planificación, para poder tomar decisiones y explicarlas, o siquiera preguntar), y no puede gastar lo que no tiene. Si mucha gente chupa del bote y nadie repone, el bote se acaba.
El déficit para el gasto es malo, para inversión debe permitirse.
Conclusión: poténciense las oficinas de planificación, para racionalizar la inversión. Contémplese que es malo invertir CERO, y distribúyase el gasto. Seamos conscientes de que los que dicen que se puede ahorrar mucho y no recortar nada no saben donde viven (son bobernantes, o tontertulios) o peor, saben que lo que dicen es falso. Y preparémonos con calma para recortar gastos, y subir impuestos, hasta llegar al equilibrio.
lunes, 22 de agosto de 2011
La hora de Libia
La revuelta (mejor que revolución) libia toca a su fin, esperemos que con un mínimo de víctimas. Llega la hora de preguntarse por quienes serán los mandatarios que sustituyan a los anteriores. Los anteriores son simplemente mandatarios, que no gobernantes, porque son bobernantes o robernantes, según.
Es de esperar que los nuevos quieran gobernar, para la mejora de las condiciones de los libios, para no perder lo que tenían y sumar la libertad. ¿Será posible? ¿Serán capaces? Y los occidentales ¿ayudaremos?
Que cada uno esté preparado para ayudar.
Es de esperar que los nuevos quieran gobernar, para la mejora de las condiciones de los libios, para no perder lo que tenían y sumar la libertad. ¿Será posible? ¿Serán capaces? Y los occidentales ¿ayudaremos?
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